miércoles, 3 de diciembre de 2014

MANDA HUEVOS...

Con este sugerente título que posiblemente haya llamado tu atención (por eso espero al menos conquistar tus 8 minutos de precioso tiempo, necesarios para leer este post) quiero participar una cuestión sobre la cual me he estado informando recientemente. He de confesar y sin afán de hacer publicidad o fomentar un tipo de consumo, que desde hace un tiempo me he apuntado a -  lo que mi amigo Spartangourmet (www.spartangourmet.blogspot.com.es) llama con acierto - las "gallinas felices". 

De nuevo un poquito de información extra sobre alimentación saludable que nunca viene mal conocer...


"En el supermercado podemos encontrar cuatro tipos de huevos que se clasifican según el sistema de cría. Es obligatorio que esta información aparezca en la etiqueta del estuche con un texto, pero además, podemos confirmarla en el código que aparece impreso en el huevo. Así, si el primer dígito es 3, estamos ante un huevo procedente de una gallina en jaula (el sistema más habitual en España); el 2 se refiere a gallinas criadas en suelo, el 1 corresponde a las camperas, y el 0 a las ecológicas.



Estas últimas pueden moverse por corrales al aire libre, al igual que las camperas, pero, a diferencia del resto, consumen un pienso procedente de agricultura ecológica y tienen que cumplir las normas específicas de esta producción. Esta normativa prohíbe el empleo de cualquier sustancia química y de origen artificial y los animales deben encontrarse libres, en campos en los que no se hayan utilizado abonos químicos ni plaguicidas.

La pregunta que nos hacemos es: ¿afecta la forma de producción a la calidad del huevo? ¿son mejores los huevos de gallinas criadas al aire libre con piensos ecológicos que las que comen un pienso estándar y viven en una jaula? El doctor Alfonso Carrascosa, científico del CSIC y experto en seguridad alimentaria, se muestra rotundo: «No está demostrado científicamente que los huevos ecológicos sean mejores ni desde el punto de vista nutricional, ni organoléptico, ni siquiera para el medio ambiente». El experto asegura que los estudios que se han llevado a cabo para comparar aspectos nutricionales y sensoriales de huevos de distinta procedencia han dado como resultado que «no hay diferencias significativas entre ellos». «La gente puede estar tranquila porque los huevos de gallinas en jaula nutren igual de bien que los camperos o ecológicos», asegura el doctor Carrascosa, quien señala que el que nos parezcan más o menos sabrosos es una percepción subjetiva: «No hay ni un solo estudio científico riguroso, objetivo y no inducido que diga que tienen más sabor».

No obstante, no todos los científicos opinan lo mismo y existen firmes defensores de la calidad del huevo de gallinas criadas en libertad (ver http://albeitar.portalveterinaria.com/noticia/12453/Actualidad/Un-experimento-de-campo-demuestra-que-la-produccion-de-huevos-mejora-con-gallinas-camperas.html, entre otros...)

La doctora Selgas (UCM) añade que tampoco podemos decir que unos sean más sanos que otros. «Sano es todo aquel producto que contenga los nutrientes que se necesitan y que sea seguro desde el punto de vista microbiológico y sensorial. Por tanto, todos los huevos son sanos, excepto aquellos que pueden provenir de gallinas enfermas, en cuyo caso, no salen a la venta nunca», matiza.

Otro de los aspectos que ha sido objeto de leyenda urbana es el color de la cáscara, que no determina en ningún caso la calidad del huevo. «Una gallina blanca pone huevos blancos y una morena, morenos. Antes se consumía más el blanco, pero empezó a asociarse el moreno con lo rural y se puso de moda. Es una cuestión de preferencias, pero no hay ninguna diferencia nutricional», asegura la directora del Instituto del Huevo.

En cuanto a los huevos enriquecidos en omega 3 que ahora podemos encontrar en las estanterías de los supermercados, son consecuencia de adicionar estos ácidos grasos a los piensos que consumen las gallinas, pero el doctor Carrascosa advierte: «Una cosa es que pueda aparecer una concentración mayor de esa sustancia en el huevo y otra es que esto tenga un beneficio para la salud inmediato, que no es tan fácil de demostrar».

Así viven las gallinas según la forma de cría:

La producción de huevos y la cría de gallinas ponedoras está regulada por leyes tanto nacionales como europeas. Se establece desde el espacio que tiene cada ave hasta el modo de etiquetado. Otra cosa es, desde luego, que cada granja cumpla con la normativa aplicable, pero para eso habría que hablar con los inspectores de sanidad y conocer los informes sobre cada proveedor...

Demos por hecho que las cosas se hagan cumpliendo la normativa aplicable. Aquí se reflejan los datos esenciales de cada tipo de crianza, según la normativa vigente:

Granjas de gallinas en jaulas (volvamos a la imagen de arriba: código del huevo "3"):   Viven en jaulas diseñadas especialmente para facilitar la recogida de los huevos, evitando que se ensucien con estiércol, tienen acceso al agua y a una alimentación equilibrada a base de pienso, aunque no a la luz solar. Estas instalaciones facilitan el control sanitario y la limpieza, aunque los animales son criados en condiciones de hacinamiento y falta de movilidad (comparado con gallinas de suelo o camperas). Según la legislación aplicable las gallinas deberán estar dentro de jaulas acondicionadas (con nidales, perchas, yacija para escarbar lima de uñas) y con sistemas de recogida de los huevos que evitan que se ensucien con el estiércol.

Algunos detractores de estos métodos de crianza denuncian estas granjas avícolas como centros de explotación animal, dónde se llega a criar a gallinas totalmente a oscuras y se les despluma para que produzcan huevos más grandes (sí, de esos de tamaño XL con código 3 del supermercado...). Este procedimiento que se lleva a cabo en las granjas de ponedoras se llama "muda forzada" (ver entre otros artículos: http://wgbis.ces.iisc.ernet.in/energy/HC270799/HDL/spanish/pc/m0034s/m0034s0a.htm).

También se dice que el hacinamiento lleva a la propagación de enfermedades por lo que en estas naves se trata sistemáticamente a las gallinas con antibióticos, cuyas trazas pasarían a los huevos...

Es el sistema más habitual en España y del que emanan la mayoría de los huevos que consumimos habitualmente en hostelería y compramos en el Súper.


Granjas de gallinas en suelo "2": Se mueven libremente dentro de una nave, en la que tienen comida, agua, ponederos y zonas de descanso. Las gallinas se alojan en naves en las que se mueven libremente, con uno o varios niveles (alturas). Tienen nidos, perchas, yacija (al menos 250cm2 por ave) y una densidad de aves que no debe ser superior a 9 gallinas por metro cuadrado de superficie utilizable. similar al sistema anterior pero con la diferencia de que las gallinas tienen más espacio para moverse.


Granjas de gallinas camperas "1": Además de una nave como el de las gallinas en suelo, tienen corrales al aire libre donde salen a picotear, escarbar y darse baños de arena. Aquí de nuevo la legislación regula el espacio mínimo por cada ave, aunque el tipo de alimentación no es muy diferente a las gallinas de los dos tipos anteriores.




Granjas de gallinas ecológicas "0": Las instalaciones son similares a las granjas camperas, pero las gallinas se alimentan con pienso que procede de la agricultura ecológica (al menos en un 80%) y tienen que cumplir las normas específicas de esta producción.


El precio de cada huevo según estos métodos de crianza varía sensiblemente, siendo los huevos de código 0 y 1 significativamente más caros que los 2 o 3. El precio de la alimentación ecológica, sin duda alguna, encarece mucho el producto final.

Ahora ya sabes un poquito más sobre este alimento tan básico y habitual de la puerta de tu nevera.